El valor de las personas y los recursos locales
Como
competencia actitudinal, destacar el valor e importancia de las personas que
conforman la comunidad constituye una habilidad o destreza que todo comunicador
social debe tener.
Partiendo del principio de la participación activa de la
comunidad, los recursos locales deben ser oportunamente bien identificados como
parte de las fortalezas con que cuenta una comunidad. Y con ello, llevar a cabo
estrategias de comunicación sustentables y que apunten al éxito de sus metas. Ello ayuda a desarrollar valores locales propios que sirven de impulso para
potenciar una comunidad.
Un ejemplo importante, es cuando se puede reconocer
a un vecino ilustre de la comunidad, una personas que sirve de modelo de vida
para el resto de la comunidad y también como mediador para llevar a cabo
diálogos positivos con los miembros de un lugar. Un deportista de cualquier disciplina, un escritor o un líder comunal, pueden desempeñar ese rol en alguna etapa del plan de comunicación e impactar en su entorno de manera horizontal.
En suma, el comunicador
debe saber identificar cuáles son las destrezas de las personas que conforman
un espacio social definido, con el propósito de recoger sus mejores habilidades
y sumarlas en pro del éxito de los objetivos planteados en el plan de
comunicación establecido.