El respeto por la diversidad humana y cultural, la
tolerancia
Un rasgo que define el carácter
de un comunicador está basado en esta competencia actitudinal que tiene con ver
con su saber ser y con su saber hacer, porque le permite ser permeable a la
diversidad. Es decir, puede aprender de su entorno y enriquecerse para su
propia satisfacción.
Como observa Tzvetan Todorov en un artículo titulado
‘Destinos de la identidad’ (Letras
Libres Nov.2001): el enriquecimiento de
lo ajeno sirve para el enriquecimiento propio. Lo cual hace que el comunicador
cuente con mayores herramientas de acción y tolerancia al enfrentarse a
diferentes situaciones, en latitudes distintas a las suyas y con personas que
provienen de etnias diferentes y culturas disimiles.
La vocación por la
comunicación basada en la tolerancia y la implicancia, hace al comunicador social un
profesional con alta sensibilidad y alto sentido por el respeto del otro
enmarcado en una gran diversidad humana, con capacidad para interpretarlo y adaptar sus estrategias comunicativas a su entorno.
Esta capacidad implica además, tener
una visión del mundo muy amplia, con capacidad para adaptar su cosmovisión del
mundo a una cultura diferente a la suya en tanto y en cuanto, se maneje con los
mismos principios de los derechos humanos y el desarrollo humano inherente a
todos los seres humanos.
Gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, la capacidad de conocer otros espacios permite a los comunicadores enfatizar su capacidad de adaptación a nuevos espacios que gracias al Internet hoy son posibles de llegar.