martes, 21 de mayo de 2013

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/gas sociales

Los principios y práctica de la educación, el adiestramiento, la formación de adultos y la educación comunitaria.


La educación constituye un derecho básico de toda persona que debe acceder a él desde los primeros años de su vida para lograr una formación en conocimientos que le permita valerse como persona integrada a una sociedad.

El comunicador para el desarrollo, debe, entre todos los conocimientos que lo forman, conocer alguna metodología de enseñanza que le permita capacitar a un grupo de personas en proceso de formación. La práctica educativa es aleatoria y cambiante, está sujeta a diversas políticas de gestión que corresponden a los lineamientos de Estado en un país, no por ello, la educación ha dejado de ser en América Latina una práctica poco equitativa para las grandes mayorías con escasa repercusión en el logro de metas y desarrollo de los pueblos.

El comunicador para el desarrollo debe estar preparado para afrontar y confrontar diversas realidades en las que el adiestramiento por un lado y la formación de adultos por otro, son la misma cara de la moneda de unas sociedades que poco han hecho por evolucionar a su pueblo.

La experiencia y pensamiento de Paulo Freire por ejemplo, constituye una evidencia de la poca capacidad de adentrar la educación en las zonas más pobres de América Latina, donde las prácticas pedagógicas tienen muy poco que ver con las condiciones de vida en muchas zonas desconectadas del mundo.  Por eso, la educación comunitaria viene a ser una propuesta nacida de esa realidad, que busca la animación de los individuos a involucrarse en el conocimiento para su propio desarrollo, que tiene que ver tanto con la educación como con el aprendizaje social. Con una intencionalidad que desencadene en la participación y organización comunitaria para el desarrollo de toda la comunidad.